Espejos de lo invisible (exposición 3)

"debemos dejar que nuestras conciencias respiren"


Durante el otoño e invierno de 2020, la fundación Telefónica de Madrid colabora con La Pedrera de Cataluña y expone el nuevo proyecto de Bill Viola, Espejos de lo invisible, un recorrido por las diferentes obras de este artista pionero del videoarte.


Ascension (2000) en La Pedrera, Barcelona
Fotografía de barnesfoundation.org

Sobre el artista:

Nacido en 1951 en Nueva York, Bill Viola muestra desde temprana edad los intereses artísticos y filosóficos que le acompañaran durante toda su carrera. Tras graduarse en Estudios Experimentales por la Universidad de Siracusa, pionera en nuevos medios de expresión, el artista neoyorquino se introduce en el panorama artístico ayudando como técnico de video en museos y desarrollando su obra paralelamente. The Reflecting Pool (1977-1979) es su primera obra de renombre, un video donde el artista se deja caer a una piscina, mássu figura queda suspendida en el aire pero el agua si que sufre el impacto del cuerpo, una alegoría a la relación entre el ser humano y la naturaleza misma.


The Reflecting Pool (1977-1979)
Fotograma por Bill Viola

Viola crece artísticamente en un periodo de auge y consolidación de nuevas formas de expresión como el videoarte, más sus inquietudes relacionadas con la vida y la muerte, el pasar del tiempo y las religiones orientales, especialmente influyentes en su persona tras la muerte de su madre, que le llevarían a viajar por todo el mundo en una introspección de sí mismo y la religión, originando varias de sus obras de índole folklórica (Hatsu-Yume First Dream, 1981, de cultura japonesa) o renacentista (La Pasión, 2003, uno de sus grandes proyectos).
Viola ha trabajado junto con museos de índole internacional, especialmente con el Guggenheim de Bilbao, Nueva York y Berlín, ha colaborado en óperas, impartido clases en estados unidos y ha trabajado de manera autónoma.

"Espejos de lo invisible":

Espejos de lo invisible es un reflejo artístico de la trayectoria de Viola, un paseo a través de sus inquietudes, sus miedos y sus creencias en un transcurso de varias obras desde el inicio de su carrera hasta la actualidad, donde se encuentran las ya nombradas piezas clave en sus inicios más sus más recientes creaciones. Totalmente enfocado al videoarte, esta exposición trata de explorar las sensaciones y emociones capaces de crear en el expectador a través de videos cuyos actores y expresión de estos es impecable. Una de sus más recientes creaciones, Mártires (2014), es el claro reflejo de como un vídeo slow-motion en bucle puede causar diferentes reacciones. Este vídeo trata de representar los cuatro elementos de la naturaleza por medio de personas siendo violentamente afectadas por la fuerza de estos, en una repetición infinita donde el expectador puede llegar a visualizar cada detalle de dolor y agonía del actor, que acaban representando la perseverancia, fortaleza y sacrificio final ante la aceptación de una muerte inminente.


Mártires (2014) en St Paul's, Londres
Fotografía de artmo.com

En la obra de Viola, los temas siempre se enlazan; la espiritualidad, soledad, el paso del tiempo, la muerte, siempre están presentes en cada obra observando una evolución, tanto técnica como artística, en cuanto a la representación de los mismos. El artista además hace uso de la simbología para esconder detalles o provocar emociones, dejando claro que su intención nunca fue crear algo vacío de contenido. 


Espejos de lo invisible (2020) en La Pedrera, Barcelona
Fotografía por museuepiscopalvic.com

Viola destaca por su uso del agua en la mayora de sus obras, fruto de sus influencias en las que se encuentran el Renacimiento, la Edad Media, el espiritualismo, el budismo y el islam, donde dicho elemento es sagrado o alavado. El artista hace uso de este como algo puro, sereno, pacífico, muy conectado a la vida y naturaleza.


Ablutions (2005)
Fotografía por artbasel.com

En cuanto a color y composición en la obra de Viola, podemos destacar como le gusta jugar con un objeto en primer plano, centrado, no exactamente simétrico, pero cuya forma y cualidades se acentúan por la luz en contraste con el fondo sombrío que utiliza para remarcar aquello a resaltar. Como usa colores que yo llamaría "nobles", sacados de la naturaleza, la frescura de estos, donde personalmente resaltaría el azul y blanco, componentes del agua anteriormente mencionada por el peso simbólivo en su obra. En general, Viola no destaca por la utilización de estos dos componentes de manera excepcional (aunque su videoarte es digno de una película) sino por la carga sentimental y el trasfondo detrás de esta. Para mí, personalmente, Viola es un ejemplo de que el videoarte puede llegar a emocionarte igual que el arte tradicional.


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